domingo, 30 de octubre de 2016

Una legión de espantos invade Masaya

Por Pedro Ortega/Carlos Alvarez
Masaya, la cuna del folklore nicaragüense se convirtió como cada año durante una noche, en sede de los diablos, las ánimas, las calacas, las ceguas, las chanchas brujas y todas las expresiones de espantos pertenecientes a la cultura popular nicaragüense.
Contagiados con la música de los filarmónicos, los masayas, unos con máscaras, otros con maquillaje y pelucas, candiles, chimbombas, ramas, osamentas o cualquier otro artículo que acentuara el toque oscuro de sus atuendos, danzaron e hicieron travesuras en las calles de la Ciudad de la Flores.
El joven Alex Antonio Moya, vestido de negro total y con una máscara artesanal de diablito, expuso que como joven se siente motivado de ser parte de esta gran fiesta para continuar preservando la cultura nacional.
“Más que todo por recuperar nuestras costumbres y tradiciones que dicen que poco a poco se han ido perdiendo, pero las vamos a ir rescatando poco a poco. Ahora la mayoría se pitan o traen cualquier otro tipo de disfraz, pero siempre tenemos que salir igual, como salían nuestros ancestros, no perder esto”, manifestó.
Harvin Ortega vestido de "payaso asesino", explicó que como parte de la tendencia mundial, que anute todavía de origen incierto, quiso retomar del colectivo nacional una esta nueva idea para mezclarla con lo tradicional.

“Estas son todas las historias que nos cuentan nuestros abuelos y antepasados. Nosotros nos involucramos y es importante para mantener vivas las tradiciones. Nosotros hoy venimos de payasos pero es como para darle más novedades a la fiesta”, precisó.
De acuerdo a la tradicionalista Martha Toribio, esta es una expresión más de los mitos y leyendas que surgieron del colectivo popular de nuestros antecesores.
“Esto no data la historia fecha alguna, pero que sí fueron personajes que debieron haber sido creados por la mente del mismo ser humano, porque antes las calles eran muy oscuras y era para más o menos, la gente que andaba trasnochando, meterles en miedo que no anduvieran de vagos”, sostuvo.

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