Un total de 534 matrimonios
celebró el Tribunal de Familia de Managua en el año 2018, cifra que disminuyó
con respecto al año 2017, cuando las y los jueces realizaron el enlace
matrimonial de 548 parejas.
De los 534 matrimonios realizados
en Managua por las autoridades judiciales del departamento de Managua este 2018,
500 correspondieron a la tradicional boda masiva que año con año realizan el
Poder Judicial con el concurso de la Nueva Radio Ya. Los restantes 34 se dieron
en las instalaciones del Tribunal de Familia.
De esta última cifra, los enlaces
matrimoniales más recientes los celebraron los juzgados Décimo y Primero de
Distrito de Familia de Managua, ante cuyas autoridades comparecieron Guadalupe
Rodríguez y Rafael Antonio Bustamante, y Liseth Rebeca Ordóñez Monge y Alberto
José Parrales Morales, respectivamente.
Rodríguez y Bustamante legalizaron su relación
de pareja tras doce años de convivencia, movidos por su deseo de estar bien con
el Señor. “Quiero arreglar mi vida, no quiero ser pareja por serlo, quiero estar bien con el
Señor y con él”, confió la joven, al destacar lo respetuoso que Bustamante ha
sido con ella en este tiempo, porque a pesar de haber tenido problemas “jamás
me ha puesto una mano encima”.
Por su parte, Ordóñez Monge y
Parrales Morales, dijeron a la jueza Primero de Distrito de Familia, María José
Arauz Henríquez, que para su relación eligieron el régimen matrimonial de
“participación de bienes gananciales”.
La judicial exhortó a la pareja a
cumplir con sus obligaciones conyugales y las establecidas para con sus hijos, enfatizando que entre
ambos debe haber aceptación y respeto, y
aprender día a día a construirse, porque si no, “la casa se les
debilita”.
“No pueden dar por hecho que ya lo tienen y lo
saben todo, tienen que trabajar día a día (en su relación), entender que no se
puede anular la personalidad del otro, fidelidad, respeto, igualdad, dignidad,
aprender a comunicarse, hay que decirse lo que no les gusta con respeto y a
tiempo, si no es así, la relación no será saludable; no es fácil, porque según
el carácter de cada uno hay susceptibilidades, pero hay que hacerlo con amor y
respeto”, advirtió la jueza Arauz Henríquez.
También profundizó en la
solidaridad que debe caracterizar al matrimonio, e indicó que si uno de los dos
está desempleado el que tiene trabajo debe asumir las responsabilidades
financieras y el otro buscar qué hacer para ayudar, aunque no sea en la
profesión u ocupación que aprendió.
“Ninguno puede aspirar a que uno
mantenga al otro, tendrán que buscar qué hacer aunque no sea en lo que ha
estudiado; ambos tienen que trabajar para no crear una dependencia económica
que a la hora de un problema (como el divorcio), puede acarrear graves
consecuencias”, aseguró la judicial.
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