En marzo pasado los abogados José Ramón Rojas Urroz y Amy
Javiera García Curtis, defensores de los 18 narcos, solicitaron al TAM se les
permitiera la comparecencia en el juicio de apelación del abogado mexicano José
Pedro Solís Borjas en calidad de “asistente de ambos”, ocultándole
maliciosamente al tribunal la nacionalidad del “asistente”.
Sin conocer el trasfondo real de la petición y en un alarde
de transparencia, la Sala Penal Dos del TAM resolvió el 20 de marzo de 2013
acceder a la solicitud de las defensas, pero exigió que el “asistente”
acreditara su condición de abogado en ejercicio el propio día de la audiencia.Fue así que la mañana de este martes 16 de Abril, lo que se esperaba fuese una simple audiencia de apelación en un caso de “narcos”, comenzó con la inusual presencia de un abogado extranjero cómodamente sentado en el estrado de los defensores, como si fuese un nicaragüense.
Momentos antes de iniciarse la audiencia, el semblante de la
líder del grupo Raquel Alatorre Corea, era de abierta satisfacción, riendo
incluso a carcajadas como no se le había visto en ninguna de las audiencias
anteriores, posiblemente estimulada por la presencia de su abogado mexicano. La
misma alegría parecía contagiar al resto del grupo.
Entre pláticas y risas con el mexicano, Alatorre saboreaba
un chocolate que le fue entregado por una de las defensas, mientras la abogada
García Curtis le mostraba en el teléfono celular no se sabe si fotografías o
mensajes de texto.
Lo sacan de la sala
Antes de la audiencia y al tener conocimiento del hecho, el
magistrado ponente y conductor del juicio, doctor Napoleón Pereira Morice,
ordenó al cuerpo de seguridad del Complejo Judicial que sacara de la sala al
intruso, hasta que una vez instaladas todas las partes planteó lo que estaba
ocurriendo.
El magistrado Pereira Morice solicitó entonces de previo la
opinión de los representantes del Ministerio Público y la Procuraduría General
de la República, quienes inmediatamente se opusieron a la participación del
extranjero, con fundamento en la legislación nacional, particularmente el
artículo 118 del Código Procesal Penal, que regula la participación de los
asistentes en los juicios, reservando esta condición para los abogados
nacionales.
Los abogados de los narcos también tomaron la palabra, solicitando al tribunal que aceptase la participación del extranjero. En sus alegatos la abogada Amy Javiera García Curtis dio a conocer que su colega mexicano se encuentra en Nicaragua desde el mes de enero del 2013.
Los abogados de los narcos también tomaron la palabra, solicitando al tribunal que aceptase la participación del extranjero. En sus alegatos la abogada Amy Javiera García Curtis dio a conocer que su colega mexicano se encuentra en Nicaragua desde el mes de enero del 2013.
Una vez escuchadas las opiniones de las partes, el
magistrado Pereira Morice, a nombre del tribunal, rechazó la solicitud de los
abogados y muy educadamente pidió al mexicano que abandonara el estrado que
compartía con las defensas y se trasladara al lugar donde se ubican las visitas
en la sala, como un simple oyente al igual que el cónsul mexicano Germán
Murguía Mier y la abogada del grupo Televisa en Nicaragua Orietta Benavides,
quienes habían solicitado permiso de previo y les fue concedido.
La felicidad de Alatorre y sus colegas se apagó en cuestión
de minutos, cuando el magistrado Pereira le solicitó a Solís Borja que abandonara
el lugar que estaba ocupando con las defensas. En ese momento Alatorre cambio
completamente su actitud y cayó en un estado de desánimo.
“Yo tenía entendido que podía intervenir en esta audiencia,
pero es hasta ahorita que me estoy dando cuenta que no se puede”, dijo nervioso
y confundido el abogado mexicano, quien declaró haber sido contratado por “la
madre” de Alatorre, “no sólo para que me hiciera presente en esta audiencia,
sino para que la defienda en México de las acusaciones que se les están
haciendo”. Solís Borja informó que no piensan solicitar la extradición de los
mexicanos sino hasta “agotar todas las instancias”.
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