Francisco I, el nombre que adoptó el argentino Jorge
Bergoglio, es el primer papa hispanoamericano y el primer jesuita que accede al
Pontificado.
En su primer discurso como sumo pontífice, desde el balcón
de la basílica de San Pedro, el nuevo papa Francisco bromeó que los cardenales
"fueron a buscarlo al fin del mundo" y pidió a sus fieles que hagan
una oración por el obispo emérito Joseph Ratzinger, ex papa Benedicto XVI.
“Orar por él para que
el Señor lo bendiga y la Virgen María lo proteja”, declaró ante la multitud
presente en la ciudad del Vaticano. A continuación, recitó un Padre Nuestro y
pidió: “Oremos por todo el mundo para que exista una gran hermandad”.
“Auguro que este
camino de la Iglesia que hoy comenzamos y en el que me ayudará mi cardenal
vicario aquí presente será fructuoso para la Iglesia y para esta bella ciudad
(Roma). Y ahora, querréis que os dé la bendición. Pero primero, antes de que el
obispo bendiga al pueblo, yo quiero que recéis para que el señor me proteja”,
expresó el ex arzobispo de Buenos Aires.
“Paz a todos los
hombres y mujeres de buena voluntad”, pidió el papa Francisco, el primero en
adoptar el nombre de Francisco de Asís, el santo de los pobres.
Finalmente dio la bendición de Urbi et Orbi y concluyó:
“Recen por mí y hasta pronto. Mañana iré a rezarle a la Virgen para que proteja
a Roma. Buenas noches y buen reposo”.
Al morir Juan Pablo II, Bergoglio fue uno de 117 cardenales
menores de 80 años que votaron al nuevo papa. Aunque el voto es secreto, se dice que logró obtener 40 votos de los 77
que eran necesarios para ser elegido y que los “donó” a Joseph Ratzinger.
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