Una joven madre víctima de violencia se presentó este jueves ante la presidenta de la Corte Suprema de Justicia, magistrada Alba Luz Ramos Vanegas, para pedirle que no se acepte la mediación en la Ley Integral Contra la Violencia Hacia la Mujer (Ley 779).
A Hazel Herenia Pineda Sandino, madre de dos niñas, casi le cuesta la vida aceptar la mediación que le propuso el pastor de su iglesia evangélica, cuando decidió separarse de su esposo Freddy Guillermo Vega González, después de soportarle diez años de maltrato.
A Hazel Herenia Pineda Sandino, madre de dos niñas, casi le cuesta la vida aceptar la mediación que le propuso el pastor de su iglesia evangélica, cuando decidió separarse de su esposo Freddy Guillermo Vega González, después de soportarle diez años de maltrato.
Recuerda la joven señora que “yo estaba decidida a dejarlo porque ya no lo aguantaba, pero él se fue donde el pastor a pedirle que me convenciera, habló y habló conmigo diciéndome que lo hiciera por los niños, por la familia, que eso era lo que Dios quería y al final terminé aceptando que él volviera a la casa”.
“Tres días después que acepté mediar por nada pierdo la vida en manos de mi agresor. El doce de enero del 2011 estaba yo dormida cuando de pronto sentí una puñalada en mi espalda, al inicio pensé que era un sueño pero cuando abrí los ojos vi a mi esposo con las manos llenas de sangre”, relató la señora Pineda Sandino a la presidenta de la Corte Suprema de Justicia.
Pineda agregó que “al preguntarle qué pasa, qué me hiciste, él me respondió: ´llegó el momento que tanto he estado esperando´ y me propinó otra puñalada en el cuello. A como pude traté de defenderme y le pedí que no me matara, pero él, no bastándole, lo que hizo fue introducirme los dedos de su mano dentro de la herida, haciéndomela más grande”.
“Tres días después que acepté mediar por nada pierdo la vida en manos de mi agresor. El doce de enero del 2011 estaba yo dormida cuando de pronto sentí una puñalada en mi espalda, al inicio pensé que era un sueño pero cuando abrí los ojos vi a mi esposo con las manos llenas de sangre”, relató la señora Pineda Sandino a la presidenta de la Corte Suprema de Justicia.
Pineda agregó que “al preguntarle qué pasa, qué me hiciste, él me respondió: ´llegó el momento que tanto he estado esperando´ y me propinó otra puñalada en el cuello. A como pude traté de defenderme y le pedí que no me matara, pero él, no bastándole, lo que hizo fue introducirme los dedos de su mano dentro de la herida, haciéndomela más grande”.
Imploró
“Le imploré con señas porque ya no podía hablar, que no me matara, pero como perdí el conocimiento él pensó que me había muerto y se fue, al despertar yo ya estaba en el hospital y cuando él se dio cuenta que no estaba muerta llegó al hospital a gritarme que aunque fuera ahí me iba a matar; días después me dieron de alta y él cayó preso”, continúa relatando.
Luego del incidente Hazel se armó de valor, sostuvo la acusación ante los tribunales y el hombre fue procesado y condenado a once años de prisión, aunque el caso todavía está en apelación.
“Le imploré con señas porque ya no podía hablar, que no me matara, pero como perdí el conocimiento él pensó que me había muerto y se fue, al despertar yo ya estaba en el hospital y cuando él se dio cuenta que no estaba muerta llegó al hospital a gritarme que aunque fuera ahí me iba a matar; días después me dieron de alta y él cayó preso”, continúa relatando.
Luego del incidente Hazel se armó de valor, sostuvo la acusación ante los tribunales y el hombre fue procesado y condenado a once años de prisión, aunque el caso todavía está en apelación.
“Esta es la razón por la que me opongo a que exista la mediación, porque si no no hubiese mediado hoy no tuviera esta gran cicatriz en el alma y en el cuello; fueron diez años de violencia los que aguanté y cuando tome la decisión de dejarlo tres días después mediamos, regresamos sólo para que él tratara de quitarme la vida”, dijo la víctima de violencia.
Agregó que le da “gracias a Dios por esta oportunidad que me dio de seguir viviendo y criando a mis dos hijas, le solicito a la doctora Ramos que por favor no se incorpore la mediación a la ley 779”, manifestó la joven Pineda.
“Hago un llamado a todas esas mujeres que son víctimas de violencia y que no denuncian por miedo, ahora ya no estamos solas, entre más callamos más oportunidad le estamos dando al agresor para que nos quite la vida, no permitamos que esto que me pasó a mí le siga pasando a otras mujeres” dijo finalmente Hazel Herenia Pineda Sandino.
Agregó que le da “gracias a Dios por esta oportunidad que me dio de seguir viviendo y criando a mis dos hijas, le solicito a la doctora Ramos que por favor no se incorpore la mediación a la ley 779”, manifestó la joven Pineda.
“Hago un llamado a todas esas mujeres que son víctimas de violencia y que no denuncian por miedo, ahora ya no estamos solas, entre más callamos más oportunidad le estamos dando al agresor para que nos quite la vida, no permitamos que esto que me pasó a mí le siga pasando a otras mujeres” dijo finalmente Hazel Herenia Pineda Sandino.
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