Un puma adulto que escapó aparentemente de una vivienda de
la zona de carretera a Masaya, mantiene preocupados a las autoridades y vecinos
del lugar, quienes han iniciado una intensa búsqueda realizada por expertos del
zoológico nacional.
El peligroso animal escapó de su encierro la noche del
jueves pasado y fue observado por vecinos del lugar que dieron la alarma a las
autoridades del parque, que empezaron la exhaustiva búsqueda sin resultados
positivos hasta el momento.
“Lo único que
encontramos fue una huella del animal, que por su gran tamaño podemos decir que
es adulto”, dijo Eduardo Sacasa, especialista en fauna silvestre, una de las
personas que busca al animal salvaje.
Recomendó a la población que no trate de atraparlo porque es
muy peligroso y lo mejor es que se llame a los especialistas silvestres.
Considera que lo más probable es que haya escapado de su cautiverio en alguna
vivienda, pues la zona no es su hábitat natural, porque es una zona muy
poblada.
Hizo ver que tener este tipo de animales en un hogar es
prohibido por la ley, por lo que pidió a las personas que tengan este tipo de
especies salvajes las donen al zoológico.
Aseguró que este puma no pertenece al Zoològico Nacional
situado altura del kilómetro 16 de la vía Managua-Masaya, pues ya
contabilizaron las especies del lugar y no les hace falta ninguna.
El puma en la actualidad es una especie casi en peligro de extinción
dado que el l ser humano ha ocupado gran parte del hábitat, lo que le ha obligado
a atacar al ganado, lo que ha provocado una cacería indiscriminada que ha
reducido considerablemente su población.
El puma cuenta con un agudo olfato y con una excelente
visión nocturna; además de un caminar silencioso, propio de todos los felinos,
tiene una gran fortaleza y mata a sus presas de una dentellada en el cuello o
en las vértebras cervicales.
El cuerpo de un puma adulto alcanza una longitud de 103 y
197 centímetros. El peso es variable: oscila entre 31 y 55 kilogramos. Los ojos
son de un hermoso color verde amarillento que le ayudan a la visión en las
noches oscuras entre la maleza. En el hocico tiene cuatro colmillos grandes y
varios dientes incisivos más pequeños, que utiliza para desgarrar la carne de
sus presas.
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